-->

domingo, 19 de abril de 2020

BREVE NOTA SOBRE LA COTIDIANIDAD CARAQUEÑA




Bulevard de Sabana Grande. 7:30 AM.

Voy camino al trabajo, y a la altura de la estación del metro "Sabana Grande", veo un montón de gente reunida alrededor de un poste de luz.

Me acerco. Puedo ver cómo amarran a un joven de unos dieciséis años aproximadamente.


Tengo miedo.


Le pregunto a una señora el por qué.

Respuesta: Robó a unos viejitos, unos buhoneros allá arriba. Lo van a linchar.


La gente se prepara. Están furiosos.


Algunas mujeres gritan: ¿Cómo es posible que hagan eso? ¡Es solo un niño!


Un hombre canoso, indignado, responde:

¡Ah! ¡Pero cuando matan a alguien ya no son niños!¡¿Verdad?!


Siento ganas de llorar, pero no por el chamo. No porque sintiera lástima por él, o algo que se le acercase. Siento ganas de llorar por lo que estamos obligados a hacer. Por lo monstruosa que se ha vuelto la sociedad venezolana. Siento ganas de llorar, por lo que nos hemos hecho a nosotros mismos.

¿Que si lo lincharon? Bueno, no lo sé. No me quedé a ver.

Además, iba tarde al trabajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario