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miércoles, 21 de febrero de 2018

CONFLICTO IDENTITARIO

No sé qué va a resultar de esto, pero aquí voy:

Estoy sentada en el comedor de una casa aún extraña, en la que llevo ya cinco meses viviendo.Son las tres de la mañana.No puedo dormir.Mi mente está llena de recuerdos inventados, errores pasados y miedos futuros.


Mis sentimientos en inglés.
La lujuria en español.
La nostalgia en catalán.


Cómo quisiera que alguien pudiera verme ahora.Hecha un desastre y pensar, que soy la criatura más bella el mundo.Incluso con mis defectos y mi horrible carácter.


“Flaws” en inglés.



I feel so many things right now I can´t even explain.



Modo Espanglish: ON


3 y 10 de la mañana.


El Mediterráneo en mis ojos.Que bello es el mar, pero que miedo me da.


Las imágenes de Barcelona se barajan en mi mente con escenas salvajes grabadas en Caracas:


Plaza Espanya imponente /El Chichero bajo el reloj.



Mercados llenos de vida / Buhoneros en Sabana Grande.



“Les paraules són molt importants” le dice un padre a su hija / Un cadáver sobre un charco de sangre y cubierto con una manta, en la estación Coche, mientras dos niños juegan a cinco metros de este.


Tengo tanto para contar y tan poco tiempo…


“Qué bestia lo que has vivido…”“I´m so glad you left Venezuela…”“El pasaje ya está a 9000 bolívares…”“Fins el final, fins el final…”


Hoy más que nunca me pregunto:


¿Quién soy?
¿Por qué estoy aquí?
¿Cuál es el propósito de todo esto?


“Perfer et obdura, dolor hic tibi proderit olim”


So-many-things… and thoughts…


Cómo me gustaría cambiar lo malo.


Ojalá y alguno de ustedes, que están leyendo esto, me dijera que entiende.Y se siente igual que yo.





lunes, 1 de enero de 2018

Adéu 2017. Hola 2018

Admito que hay demasiadas cosas rondando mi mente en este momento. Son las 2:15 de la mañana del primero de Enero de 2018 y, lo cierto es que planeaba irme a dormir, pero una vez más una inquietud en mi pecho no me deja hacerlo sin antes escribir unas líneas. Aunque nadie las lea.

El 2017 fue un año muy loco para mí. No quiero calificarlo como bueno o malo, ya que hubo de todo, así que solo diré que fue un año duro, pero loco.

Si puedo rescatar una característica del mismo, es que fue un año con mucho dolor, situaciones difíciles y decisiones importantes (y precipitadas, muchas veces) a causa de las mismas circunstancias.

Si alguien se me acercara y me preguntara, qué aprendí del 2017, le contestaría con toda la honestidad del mundo que no lo sé. Es decir, una lección concreta... nop. No tengo ni idea de qué decir.

Afirmaciones que puedo hacer serían algunas como que la gente está loca, la vida es bien rara y, además, la vida se ha presentado muchísimo más complicada de lo que alguna vez me hubiese imaginado (¿a que sí?) Pero, si bien soy una persona malhumorada y negativa, algo que me devolvió el 2017 fue la fe en las personas, en la bondad del ser humano y en el bienestar desinteresado que puede tener otro hacia el prójimo.

Junto con esto, recuperé la esperanza y, si bien es cierto que hay muchas cosas que debo mejorar y que aún no sé cómo (mi trato hacia los demás, especialmente hacia los que más quiero), es cierto que justo donde estoy ahora tengo una gran oportunidad, que sé, debo aprovechar.

Espero que en el 2018, encuentre la sabiduría suficiente para mejorarme a mí misma (o al menos disimular), también espero poder dedicarle más tiempo a mis hobbies, a la lectura y a este blog. Espero hacer amigos en este nuevo lugar en el que estoy y en verdad espero aprender catalán (el idioma de mis bisabuelos) etc, etc.

También espero que mis amigos en Venezuela me recuerden con amor, deseo que se sientan queridos por mí, así como ellos me han hecho sentir a mí (aunque sé que muchas veces no sé corresponder ese amor) y, finalmente, espero aprender a ser una mejor persona con mi familia, con los que más amo y son lo más importante para mí. (Lamento mucho los malos ratos que les he hecho pasar, pareciera que no, pero créanme: me duele mucho en le alma, especialmente ahora que estamos lejos).

Pero en fin, este es un texto sin grandes pretensiones, pero lo considero necesario (especialmente porque quiero hacerme el hábito de escribir nuevamente), así que veamos que acontece. Espero poder cumplir las pequeñas metas propuestas, y si no, al menos, sentirme bien conmigo misma y con la persona que llegaré a ser a finales de este nuevo año que comienza.

Sé que me golpearás, 2018, todos lo hacen, pero a ver que nos toca. Esperemos que las decepciones reglamentarias que vienen con la vida, estén lo suficientemente balanceadas con satisfacción y mucho amor, ya que a todos nos hace falta.

Felicidad